Manolo González es el director Técnico de IFFD Euskadi, una asociación internacional cuyo objetivo es acompañar a las familias y ayudarlas a construir un proyecto educativo para cada uno de sus hijos y del propio matrimonio. A través de esta entrevista nos desgrana cómo elaborar este proyecto.


¿Me podrías explicar qué es la asociación IFFD?

Es el acrónimo de International Federation for Family Development, una asociación internacional presente en 70 países de los cinco continentes. Nace Barcelona 1968 por iniciativa de cuatro matrimonios preocupados por la educación de sus hijos que tuvieron la determinación de crear este proyecto. Durante estos 50 años se ha ido ampliando primero por diversas ciudades de España y después por el mundo.

En este momento somos un órgano consultivo en la ONU y del Consejo de Europa, aunque nos gusta decir que somos una asociación de padres que tratamos de ayudar  a otros padres.


¿Qué funciones tiene esta asociación?

El objetivo fundamental es acompañar a las familias y, dentro de sus funciones, está la de impartir cursos de orientación familiar no solo en colegios sino también en asociaciones, parroquias y otras entidades como, por ejemplo, centros cívicos. Pero es cierto que los colegios son nuestros demandantes más habituales.


¿Qué es un Curso de Orientación Familiar (COF)?

Nuestro programa formativo está dividido en diferentes cursos. Cada uno pensado para las edades específicas de nuestros hijos. Empezando por el de Primeros pasos en infantil y terminando por Adolecencia. En total son 11 cursos que recorren las etapas madurativas de nuestros hijos y del matrimonio. Tenemos un curso sobre Amor matrimonial, sobre Abuelos Activos, o el Proyecto Personal para jóvenes universitarios.

Cada curso consta entre cuatro y seis sesiones de 90 minutos de duración que llevan un trabajo previo de preparación entre los integrantes del COF. Utilizamos el método del caso que nació en Harvard para los doctorandos hace 110 años. Se ha comprobado que es el mejor sistema de aprendizaje, al ser práctico y referirse a un caso concreto. Este formato nos ayuda a sacar conclusiones que cada familia libremente extrapola a su situación personal.


¿Realmente ayudan los COF´s a los padres a repensar la educación?

El COF puede ayudar a repensar la educación si se hace bien, cumpliendo las cuatro fases: la lectura individual, la nota técnica, la reunión de grupo pequeño entre cuatro o cinco matrimonios y por último, la sesión general que está moderada por un experto.

Suelo decir que el COF es como una cata en la que te pueden decir cómo es la uva, el vino y sus características, pero lo mejor es participar activamente, es decir, probar el caldo para que la impresión te la lleves tú.


¿Por qué crees que es importante que un matrimonio participe del COF?.

Porque los padres estamos acostumbrados a resolver las gestiones del día a día de nuestra familia, nuestro hogar y nuestros hijos, pero no nos paramos a pensar sobre el proyecto educativo que tenemos para cada uno de nuestros hijos, sobre nuestro propio proyecto familiar…El COF es un momento apropiado porque analizamos casos prácticos de personas, de familias similares, que nos pueden dar pistas para determinados casos o momentos concretos en la educación de nuestros hijos.

Viene muy bien para que vayamos construyendo el proyecto de familia que queremos.


Este año, después de la pandemia, se ha conseguido organizar por lo menos un COF en cada colegio, si no más…¿estás contento con el resultado de los mismos?

Nosotros estamos muy contentos de que todos los colegios hayan hecho mínimo un COF, incluso hay colegios que han hecho tres.

Durante la pandemia impartimos algunas sesiones de COF´s online para familias de Valencia, Madrid, e incluso Méjico aprovechando las nuevas tecnologías. Pero nada puede sustituir a lo presencial porque cuando la gente se reúne, notas su cercanía, y el contacto entre familias anima mucho más la asistencia y la participación.


¿Qué valoración tenéis de los padres con respecto a los COFs en los colegios de COAS?

Al final de cada sesión pasamos una encuesta para que los padres que quieran la rellenen. Lo que te puedo decir es que en general la valoración ha sido muy buena. El 80 % de los encuestados nos dan una nota de cinco- siendo como máximo de puntuación el cinco-. 10 % nos da una valoración de cuatro y el otro 10% por debajo del cuatro.

Como conclusión, el 90 % de los padres nos dan un sobresaliente, lo que nos parece muy positivo, porque significa que hemos podido ayudar a cada matrimonio.


Con la experiencia que tienes en IFFD, ¿Cuál crees que son las preocupaciones de los padres actuales?

Los padres que más preocupación muestran son los de infantil, pienso que porque se enfrentan a retos desconocidos al igual que cuando llegan sus hijos a la adolescencia. En esta etapa los padres piensan que tienen una bomba de relojería en casa y quieren aprender a desactivarla. En todas las etapas son recomendables los COF, pero pienso que en estas etapas el curso de orientación familiar puede ser de una gran ayuda.

También el COF de Amor Matrimonial es muy recomendable porque, qué duda cabe, que cuanto mejor está el matrimonio entre sí más resortes tiene para poder afrontar los problemas familiares.


¿Qué objetivos prioritarios tienes para el próximo curso?

Tres fundamentalmente:

1) Evidentemente llegar a más familias

2) Incorporar nuevos moderadores y que estos sean jóvenes para que conecten mejor con los nuevos padres.

3) Formar a los moderadores.

Estamos trabajando desde hace dos años con un grupo interprovincial que está preparando y repensando la formación de los moderadores. Tengo la suerte de estar en ese grupo que se llama Ítaca. Ya hemos empezado a impartir el programa. Una idea fundamental de este programa es que cada moderador sienta que es un director de orquesta y no un conferenciante. La función del moderador es clave porque va matizando, recapitulando, recordando los puntos clave para la resolución del caso y provoca que los padres vayan verbalizando sus aportaciones.