El equipo de baloncesto de 3º Primaria ha ido de menos a más durante la competición escolar. Un madre entusiasta nos lo narra en primera persona y nos muestra que los mayores tenemos mucho que aprender de los pequeños.

Apenas hace tres meses que empezaron los partidos de baloncesto de los sábados, mi hija de 8 años nunca había participado en ninguna competición, aun recuerdo el miedo, las dudas, “serán altísimas, seguro que juegan mejor, nosotras solo somos 4, además no juego bien, ni van mis amigas de clase, y la camiseta me llega hasta las rodillas !!” El primer partido perdieron, y el segundo, también aunque por un poco menos, pero se lo pasaron genial…….. Empezaron a divertirse, a comprometerse las unas con las otras, a sentirse un equipo, y comenzaron a creerse que podían ganar, que solo dependía de ellas, y no de lasuper-equipacion,de la altura del equipo contrario, o de lo numerosas que fueran. Y entonces, llegó la primera victoria, por más de 20 puntos y la siguiente también,….. y aunque no era lo más importante, se lo merecían y su esfuerzo obtuvo una recompensa. El sábado fue el último partido de la temporada, no han quedado las primeras, ni las últimas, pero lo importante es que están deseando volver a jugar con su equipo.

Los deportes en equipo, como el baloncesto,fomentan la socialización y ayudan a las niñas a compartir triunfos y derrotas, y a disfrutar de los sentimientos intrínsecos, a formar parte de un equipo, a ganar y a perder, y ayudarse para conseguir un objetivo común. Hacer deporte en equipo puede ser un canal para ayudar a mejorar la autoestimade las niñas por sentirse demasiado altas o bajas, gordas o delgadas o un poco torpes, y físicamente les ayuda a estar bien, sentirse sanas y tener vitalidad, a descansar y volver a su día a día con más fuerza y ánimo.

No quiero terminar estas letras sin agradecer a Nieves su dedicación a este equipo y como ha sabido “sembrar” la afición al deporte en nuestras hijas.