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La profesora Luisa de Orbe estuvo en el mes de agosto en la R.D. del Congo y conoció de cerca el centro Moluka, con el que el colegio colabora desde hace años. Durante el mes de octubre ha ido contando a las alumnas del colegio su experiencia. Para los que no habéis tenido ocasión de escucharla, os dejamos su testimonio.

“El pasado mes de agosto, tuve la inmensa suerte de poder participar en un campo de trabajo como voluntaria en la República Democrática del Congo (África). Junto a un gran equipo de enfermeras, médicos y otros profesionales, acudí como docente para colaborar en el proyecto educativo de la Antena médico-social Moluka.

 

Moluka es un centro que promueve programas de promoción social de la mujer y la mejora de las condiciones de vida de las familias, situado en Selembao, una de las zonas más marginales del sudoeste de Kinshasa, habitada por familias desplazadas a causa de las guerras y el éxodo rural.

Tuve la gran satisfacción de conocer de primera mano las instalaciones de la escuela, al equipo docente, a las alumnas y familias que forman parte de este gran proyecto, en el que la comunidad educativa de Eskibel está implicado desde hace unos años. Durante el tiempo que estuve allí dimos un “cursillo de verano” para madres y niñas sobre higiene corporal y nutricional, salubridad de la casa y del medio, alfabetización, virtudes humanas, economía y técnicas domésticas, iniciación a la creación de actividades productivas, así como una campaña de consultas médicas gratuitas para niños de familias del barrio.

Hacerse cargo de la realidad del día a da de tantas familias pobres de Kinshasa fue muy duro e impactante, y especialmente llamativo fue el agradecimiento que manifestaban por el apoyo recibido de tantas personas anónimas. Pasar unos días allí sirvió para percatarme de que toda la ayuda era poca. Las necesidades materiales son enormes, así como las humanas y espirituales, quizás no menos importantes. Por eso descubrir, entre otras cosas, que últimamente habían tenido que reducir el horario de la escuela porque no llegan recursos económicos suficientes para mantenerlos (con el consiguiente abandono de los estudios por parte de muchas niñas y por tanto de su futuro medio de vida) me sirvió de aliciente para comprobar que la ayuda que podemos prestar desde nuestras pequeñas economías domésticas supone un gran estímulo para el desarrollo social de muchas personas y que cuando estas aportaciones se reducen, repercuten muy negativamente.

Como “embajadora” de Eskibel en Moluka estoy agradecida de esta gran oportunidad y por ello he querido compartir con todas las alumnas de ESO muchas anécdotas, fotografías y lecciones de vida impactantes para acercarles a sus propias vidas el proyecto con el que pueden colaborar cada mes con su aportación económica en la Congo Hucha. Desde aquí animo a todas las personas y familias que formamos Eskibel a continuar en la brecha aportando nuestro granito de arena para contribuir al desarrollo humano de esta parte del mundo.”